La cera o el cerumen en el oído es producido por una serie de glándulas que se encuentran en el la piel del conducto auditivo. El color del cerumen es amarillo o café y su presencia es normal. Su función es mantener limpio el conducto auditivo y proteger al oído contra infecciones.
A pesar que la presencia de cerumen en el oído es completamente normal, su acumulación puede generar incomodidad para algunas personas. La molestia principal es el exceso de cerumen en el oído que provoca bloqueo del conducto auditivo. A este proceso se le conoce como cerumen impactado.
La impactación de cerumen en el oído es muy común en personas que tienen un conducto auditivo muy estrecho o en aquellas personas que utilizan frecuentemente dispositivos auditivos. Además el uso de hisopos de algodón (cotonetes), suele provocar la impactación de cerumen al empujarlo y compactarlo hacia dentro del conducto auditivo.
¿Qué síntomas puedo tener en una impactación de cerumen en el oído?
Cuando sucede una impactación de cerumen, las personas experimentan síntomas como sensación de bloqueo en el oído o incluso picor o comezón en el conducto auditivo. En otras ocasiones las personas suelen experimentar disminución de la audición acompañada de la sensación de bloqueo del conducto auditivo.
Otros síntomas pueden ser dolor o pérdida de la audición de manera importante e incluso salida de algún tipo de secreción. Estos síntomas suelen ser muy raros y generalmente hacen sospechar de algún otro problema.
¿Qué hacer si se impacta el cerumen en el oído?
Cuando el exceso de cerumen en el oído genera una impactación, debes acudir con tu médico, pero antes, puedes tomar diferentes medidas para tratar de liberar el oído.
Existen gotas que no requieren receta médica y que contienen compuestos químicos (cerumenolíticos) que ablandan el cerumen en el oído evitando que se endurezca y compacte. De esta manera se puede corregir parcial o totalmente la obstrucción. Estos compuestos pueden ser efectivos hasta en un 40% de los casos.
Las preparaciones más comunes son las que contienen docusato de sodio y trietanolamina. Sin embargo, estas preparaciones son igual de efectivas que el aceite de almendras. Es decir, las preparaciones con base en agua y aceite son igualmente efectivas para corregir la obstrucción por cerumen en el oído.
A pesar de contar en el mercado con diferentes alternativas para eliminar el cerumen en el oído, te recomendamos que acudas con tu médico. Lo anterior es debido a que la presencia de dolor, inflamación, vértigo cuerpos extraños o infecciones pueden desencadenar problemas más severos.
La irrigación es la manera más efetiva de eliminar la impactación
Esta técnica es efectiva en el 70% de los casos pero debe ser realizada por un médico o personal capacitado. De no tomar las medidas correspondientes, las consecuencias pueden incluir la ruptura de la membrana timpánica. Algunos otros problemas secundarios son otitis media, trauma en el conducto auditivo, tos, vértigo y otitis media.
La higiene del oído de manera rutinaria no efectiva para prevenir la acumulación de cerumen en el oído. Algunas personas nunca van a experimentar este tipo de problemas ya que pueden eliminar el cerumen más rápidamente que otras.
Así que las principales recomendaciones son evitar introducir objetos al conducto auditivo, colocar soluciones emolientes, mantener el conducto limpio y una vigilancia semestral con tu médico. Evita a el uso prolongado de audífonos y de hisopos para la limpieza de tu oído.
Incluso, en caso de que presentes pelo en el conducto auditivo, puedes cortarlo. Se ha observado que la presencia de vello puede ser un factor de riesgo para desarrollar impactación de cerumen en el oído.
Recuerda consultar a tu médico si presentas dolor, pérdida de la audición de manera significativa, inflamación, salida de secreciones extrañas o cambio significativo en el color del cerumen y lo más importante, evita automedicarte.
Referencias
Guía de Práctica Clínica, Diagnóstico y Tratamiento de Cerumen Impactado, Evidencias y Recomendaciones, catálogo maestro de GPC: IMSS-613-13, Instituto Mexicano del Seguro Social, 2013