La aplicación de frío y calor es una de las estrategias no farmacológicas más ampliamente utilizadas en el manejo de las lesiones deportivas. Esta terapia para el manejo de las lesiones tiene como principal objetivo la reducción del dolor agudo, el dolor de inició tardío que aparece luego de una jornada extenuante de ejercicio físico, así como la reducción en el tiempo de recuperación en la función normal del área lesionada.

Muchas veces hemos visto en la televisión, redes sociales o vídeos que cuando un deportista sufre una lesión, el cuerpo médico suele aplicar una compresa con hielo o en su defecto, una bolsa con hielo sujeta con una venda o plástico elástico.

Está práctica se ha extendido desde hace muchos años y las recomendaciones suelen ser empíricas y basadas en la experiencia profesional de quienes realizan esta práctica, por lo que muchas de ellas carecen de evidencia científica.

Su amplio uso contrasta con las recomendaciones realizadas por metodologías publicadas en prestigiosas revistas. Por ejemplo, la metodología PEACE & LOVE publicada en la British Journal of Sports Medicine, cuestiona el uso de crioterapia (aplicación de hielo) en el manejo las lesiones. Lo anterior debido a la escaza evidencia que respalde firmemente su uso, así como por su efecto teórico sobre los procesos inflamatorios después de una lesión.

A pesar de lo anterior y tomando en cuenta su amplio uso en la práctica diaria, nos dimos a la tarea de buscar información sobre esta terapia.

¿Cuál es el objetivo de la terapia frío caliente?

Lo primero que debemos saber es cual es el objetivo de iniciar con una terapia frío y caliente, así que revisemos sus implicaciones fisiológicas. Los efectos fisiológicos de la aplicación de hielo incluyen la reducción del dolor, el flujo sanguíneo, el edema, la inflamación, el espasmo muscular y la demanda metabólica. Por su parte los efectos fisiológicos de utilizar el calor también incluyen la reducción del dolor, aumentar el flujo sanguíneo, metabolismo y aumentar la elasticidad de los tejidos.

Como podemos ver, en ambos casos la temperatura permite una reducción del dolor, por lo que si nuestro principal objetivo es el alivio de este, podemos suponer que puede ser una buena opción. Las contradicciones llegan cuando la terapia con frío disminuye el edema y la inflamación en general y por su parte, el calor aumenta estos procesos.

¿Influye en la recuperación de las lesiones?

A partir de aquí podemos sólo especular

Es importante saber que la inflamación es fundamental para que los tejidos del cuerpo puedan repararse. Cada que existe una lesión, los procesos inflamatorios comienzan a trabajar generando sustancias químicas que van a producir, dolor, edema y al mismo tiempo, estas sustancia atraerán células que se van a encargar de la reparación del tejido.

Por lo que teóricamente, si buscamos una recuperación óptima de los tejidos lesionados, es necesario que se promueva la inflamación. Está es la base teórica en la cual se sustenta la postura del método PEACE & LOVE para no sugerir el uso de este tipo de terapias.

Una opción para el dolor

Los artículos son muy claros en que el principal objetivo de la terapia frío caliente es el manejo del dolor y si bien en ambos casos las pruebas generales que apoyan el uso de esta terapia con calor y frío son limitadas, los ensayos clínicos aleatorizados han mostrado que el tratamiento con vendas térmicas proporciona una reducción en el dolor secundario a algunos problemas lumbares, así como en el dolor de aparición tardía que aparece luego de la actividad física intensa.

Además, Un metaanálisis publicado en 2022 sugiere que el inicio de la terapia combinada con frío y calor hasta 1 hora después del ejercicio puede reducir el grado de dolor en las lesiones musculares, mientras que la terapia con compresas calientes puede promover la recuperación de los pacientes con dolor, por último, en el dolor muscular de aparición tardía también se observa una mejoría. A pesar de esto se aclara en todos los artículos revisados que se necesitan más estudios de alta calidad para confirmar si la terapia de frío o de calor funciona mejor.

En conclusión…

Con lo anterior podemos concluir que la terapia frío y caliente no está indicada para la recuperación del tejido, sin embargo, si podemos recomendarla para el manejo del dolor en algunos tipos de dolor como la lumbalgia.

Además, no debemos olvidar que todo manejo debe ser individualizado, considerando las preferencias del paciente y tomando en cuenta el contexto clínico de cada caso. Por último considerar que ya existen en el mercado una serie de productos que pueden facilitar esta terapia.

Recuerda que ante cualquier tipo de dolor es muy importante que acudas con tu médico para realizar un estudio completo de este y encontrar la causa concreta de este. Si necesitas más información no dejes de visitar nuestro blog, nuestras redes sociales y suscribirte a nuestro Newsletter.

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